BOSCONIA: ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA
Por Elena Martínez
-Voluntaria JTM-
“Se requieren, tan sólo, unos 5 o 10 minutos para llegar por ejemplo, de Miraflores, Santa Isabel, Santa Ana o el centro de la Ciudad al Asentamiento Humano Nueva Esperanza donde se localiza Bosconia. Un salto tan breve como aterrador para aterrizar, casi sin percatarnos, en un mundo drásticamente diferente al acostumbrado, un mundo olvidado, desolado y peligroso para quienes jamás ingresan a los cordones de miseria”.
Así comienza un artículo escrito por un periódico de la ciudad de Piura, y ésta es la primera impresión que tuve al llegar aquí. Recuerdo como si fuera hoy, el día que llegué a Piura, me fueron a recoger a la estación de autobús y me recibieron con un caluroso abrazo del director de la comunidad, era como llegar a casa, nos montamos en su “carro” y nos pusimos en camino. Al ir por la ciudad parecía ser más o menos como cualquier ciudad de España (a simple vista), pero cuando llegamos a nuestro barrio comprobé que la realidad era otra; se acabaron las calles asfaltadas, los niños corrían por las calles descalzos y medio desnudos, gente por las calles “tomados” (Borrachos), casas hechas de adobe (las que menos), de esteras y trozos de hojalata (las que más)...
Había mucha pobreza, pero también es cierto que encontré otras riquezas que se te escapan a primer golpe de vista, pero después de trece meses por estas calles las puedes descubrir y vivir. Hablo de la acogida , del cariño, de la sencillez, del entusiasmo y de las ganas de vivir...
Dudo mucho que las cosas concretas y materiales que hayamos hecho allá les hayan cambiado la vida, pero de lo que si estoy segura es que lo que compartimos sí nos ha cambiado, sí nos ha ayudado a crecer como personas.
Y es ahora cuando me acuerdo de algo que leí hace tiempo (escrito por otro voluntario, después de su experiencia), y que hoy quiero hacer mío “ son cosas chiquitas, no acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo; pero quizás desencadenen la alegría de hacer y se traduzcan en actos que probarán que la realidad es transformable”.
Quiero acabar con el final del artículo del que os comencé hablando y lo quiero hacer porque creo que es una buena síntesis de lo que yo viví allá:
“Para mi Bosconia es un mundo entre el cielo y la tierra, tal vez más cerca del cielo, una actitud, un estado de ánimo, pero por encima de todo amor y amistad, recursos que si poseen en cantidad”.
Elena Martínez
Voluntaria
Voluntariado J.T.M.
ELENA, QE BUEN ARTÍCULO DE BOSCONIA DE LOS AÑOS 1999, 2000 Y CASI 2001. ME HE QUEDADO IMPRESIONADO DE VER ESA FOTO TAN ANTIGUA DE LOS CATEQUISTAS DE ESPA EPOCA, LOGRE UBICAR A ANGELA, MARITZA Y LOS DEMAS CREO QUE CONOCIDOS PERO NO LOGRO VER QUIENES SON.
ResponderEliminarESPERO QUE LA VIDA TE DE MUCHOS EXITOS.
SALUDOS A TODOS
FABIAN
Hola Fabián, decirte que soy el padre de Elena, y que tienes este, mi blog, a tu disposición, si quieres publicar algo de tu tierra.
ResponderEliminarSaludos
Luismi
GRACIAS, SEGURO QUE PUBLICARE ALGO DE BOSCONIA O DE PIURA.
ResponderEliminarSALUDOS DE PIURA PERU
FABIAN ECHEVARRIA
Me alegro que te haya gustado... han pasado muchos años y sigo sintiendo lo mismo cuando evoco el recuerdo de aquellos tiempos, es curioso, pero sigo echando de menos Bosconia... por cierto me he enterado que irá un salesiano que conozco.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Elena